Según la ley colombiana, el dinero abonado por los empleadores puede ser retirado por los empleados solo en tres momentos: para la compra o remodelación de vivienda, para la financiación de estudios, o cuando se dé por terminado el contrato de trabajo.
De acuerdo con Asofondos, las cesantías alcanzaron un máximo histórico de $22,4 billones, al cierre de 2024. Del total, los trabajadores retiraron $3,1 billones para mejora de vivienda o liberación de deuda hipotecaria, mientras que $2,7 billones se destinaron para compra de vivienda, es decir, 54% de los retiros totales se destinaron a usos asociados a vivienda.
Para Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas, esta es una inversión que, aún en medio del difícil momento que pasaba la compra de vivienda por las altas tasas de interés en 2024, contribuye al bienestar de las familias y también dinamiza la economía y el desarrollo urbano.
“Las cesantías y los intereses sobre las cesantías son recursos que se pueden usar para invertir en vivienda nueva o usada en zonas de desarrollo, o remodelar un inmueble, el cual puede incrementar su valor de manera significativa. Estas decisiones generan beneficios patrimoniales significativos a mediano y largo plazo, contribuyendo al bienestar de las familias colombianas y al dinamismo del desarrollo urbano”, expresó Ramírez.
En el caso de vivienda, las cesantías se pueden retirar para casos como:
- Construir una vivienda en lote propio o del cónyuge.
- Ampliación o mejora de la vivienda de su propiedad o del cónyuge, inversión que incrementa el valor del inmueble.
- Pago de hipoteca o de impuestos prediales o de valorización.
- Compra de una vivienda sobre planos.
- Compra de vivienda nueva.