Santander se posiciona como destino gastronómico combinando tradición e innovación.

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La gastronomía se ha consolidado como un motor clave en la economía de Santander, una región que se destaca como la cuarta más fuerte del país, según datos de la Cámara de Comercio de Bucaramanga.

Con un impacto significativo en el turismo y la manufactura, la riqueza culinaria santandereana no solo deleita los paladares locales, sino que también impulsa el desarrollo económico. Se estima que el sector gastronómico genera miles de empleos directos e indirectos, consolidando a Bucaramanga y sus alrededores como un epicentro culinario en Colombia.

El alma de la cocina santandereana:

La esencia de Santander se encuentra en sus platos típicos, una combinación de tradición y sabor inconfundible. La carne oreada, uno de los mayores referentes gastronómicos de la región, se prepara mediante un proceso de secado y marinación con panela y especias, lo que le otorga su característico sabor intenso. Un lugar emblemático para degustar es en Floridablanca, zona reconocida por su autenticidad en la preparación de este plato.

El mute santandereano, una sopa espesa a base de granos, carne y especias, es otro infaltable en la mesa santandereana. Cada cucharada evoca la herencia gastronómica de la región y se puede disfrutar en lugares tradicionales, donde se sigue preparando con la receta de generaciones pasadas.

Los postres y dulces santandereanos también ocupan un lugar especial en la culinaria local. Las obleas, rellenas de arequipe, queso y mermelada, son un deleite imperdible que se puede encontrar en el tradicional «Parque de las Obleas» en Girón, un destino que encanta tanto a turistas como a locales.

Por otro lado, las hormigas culonas, un manjar ancestral y exótico, son consideradas una delicadeza con propiedades nutricionales y un sabor único. Estas se pueden adquirir y degustar en distintos puntos de la ciudad como mercados locales o tiendas especializadas.

El auge de la cocina internacional en Bucaramanga:

En los últimos años, la escena gastronómica de Bucaramanga ha experimentado una transformación notable con la llegada de propuestas internacionales. La cocina peruana, brasileña, mediterránea y fusión han ganado terreno en la región, enriqueciendo la oferta y brindando a los comensales una experiencia diversa sin salir de la ciudad. Este fenómeno ha impulsado la creatividad de los chefs locales, quienes han sabido combinar ingredientes autóctonos con técnicas internacionales para crear propuestas únicas.

«La gastronomía es un puente entre culturas y una forma de honrar nuestras raíces a través de los sabores. Como chefs, siempre apostamos por la fusión de la cocina santandereana con influencias internacionales, destacando ingredientes autóctonos. Queremos que nuestros comensales vivan una experiencia que combine lo mejor de nuestras tradiciones con la innovación culinaria», afirma Luis Miguel Rivera, jefe de cocina del Hotel Punta Diamante.

Punta Diamante: un referente gastronómico en la región:

Dentro de este panorama, Punta Diamante se ha posicionado como un referente gastronómico en la región, con una propuesta que incluye ocho restaurantes de especialidades diversas. Entre los platos más destacados están el Lomo a la Huancaína, un exquisito lomo saltado en cubos, sellado al sartén con cebolla y tomate en cascos, acompañado de pasta en salsa de ají amarillo, que resalta la fusión entre la cocina peruana y la santandereana. Otro de los favoritos es el Barco Familiar, una selección de mariscos apanados y pulpo al grill con reducción de vino tinto, servidos en una presentación para compartir. Cada bocado ofrece una experiencia única, combinando frescura, sabor y tradición. Además, el hotel cuenta con un brunch, que está disponible todos los fines de semana,  y tiene lo mejor de los sabores locales como arepas, tamales, mute  y cortes de carne típicos de la región.

Las rutas gastronómicas de Santander son interminables, fusionando tradición y modernidad para ofrecer experiencias inolvidables. Con una oferta variada y una propuesta innovadora, el hotel sigue atrayendo a más de 19.000 comensales que buscan sabores auténticos y de calidad. Cada plato cuenta una historia que exalta la riqueza gastronómica de la región.

Una tendencia en auge: la comida rápida:

En los últimos años, la comida rápida de Santander ha conquistado el gusto de propios y visitantes con propuestas únicas y llenas de sabor. Entre las opciones más populares destacan las salchipapas, una combinación de papas fritas con carne desmechada, queso y salsas; los maicillos, preparados con arepa de maíz crocante, y las tradicionales hamburguesas santandereanas, servidas con su inconfundible salsa tártara y de piña.

Estos platos han generado un atractivo gastronómico particular, posicionando a Bucaramanga como una ciudad donde la comida rápida también tiene su propia identidad y se disfruta con intensidad.

Desde sus platos típicos hasta la innovación en la cocina internacional, Santander se consolida como un destino gastronómico de primer nivel. Su riqueza culinaria no solo enaltece las tradiciones locales, sino que también ofrece experiencias únicas a quienes desean explorar nuevos sabores. Para los amantes de la gastronomía, recorrer esta región es un viaje sensorial donde cada bocado cuenta una historia.

tronómico combinando tradición e innovación:

Santander se consolida como un epicentro gastronómico en Colombia, combinando la riqueza de su cocina tradicional con la innovación de propuestas contemporáneas. Con una economía robusta y un sector turístico en crecimiento, la región se ha convertido en un destino imperdible para los amantes de la gastronomía. Desde platos ancestrales hasta experiencias culinarias internacionales, cada bocado en Santander es un viaje sensorial que resalta la diversidad de su oferta culinaria.

  • Sabores tradicionales que cuentan historias: La esencia de Santander se encuentra en sus platos típicos. La carne oreada, marinada con panela y especias, ofrece un sabor intenso y se puede degustar en Floridablanca, epicentro de su preparación auténtica. El mute santandereano, una sopa espesa a base de granos y carne, es otro clásico que se disfruta en restaurantes tradicionales que conservan recetas ancestrales.
  • Dulces y postres que endulzan la región: para los amantes del dulce, Santander ofrece delicias como las obleas rellenas de arequipe, queso y mermelada, disponibles en el famoso «Parque de las Obleas» en Girón. Además, las hormigas culonas, un manjar ancestral con un sabor único y propiedades nutricionales, pueden encontrarse en mercados locales y tiendas especializadas.
  • Cocina internacional con un toque santandereano: Bucaramanga ha diversificado su oferta gastronómica con propuestas de cocina peruana, brasileña, mediterránea y fusión. Restaurantes como los del Hotel Punta Diamante han innovado con platos como el Lomo a la Huancaína, que fusiona lo mejor de la cocina peruana y santandereana. Además, su brunch, que está disponible todos los fines de semana,  cuenta con lo mejor de los sabores locales como arepas, tamales, mute  y cortes de carne típicos de la región.
  • La comida rápida con sello santandereano: En los últimos años, la comida rápida de Santander ha ganado protagonismo con opciones únicas como las salchipapas con carne desmechada y queso, los maicillos con arepa crocante y las hamburguesas santandereanas con su inconfundible salsa tártara y de piña. Estas propuestas han posicionado a Bucaramanga como una ciudad donde la comida rápida también tiene identidad y tradición.

Desde sus platos típicos hasta la innovación culinaria, Santander es un destino gastronómico que cautiva a locales y visitantes. Su riqueza culinaria no solo enaltece las tradiciones locales, sino que también ofrece experiencias únicas a quienes desean explorar nuevos sabores. Para los amantes de la buena mesa, recorrer esta región es un deleite donde cada plato cuenta una historia y cada bocado deja una huella inolvidable.